Hace 115 años, concretamente en el 1909 se comenzó a celebrar el Día Internacional de la Mujer. Este, surgió en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas realizada en Copenhague en 1910, Clara Zetkin propuso y se aprobó la celebración de un día para la mujer, que se comenzó a celebrar al año siguiente: la primera vez que se realizó el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. Desde entonces se ha extendido a muchos países .
Poco más de una semana después, el 25 de marzo de 1911, unas 150 mujeres trabajadoras murieron en una fábrica de camisas debido a un incendio, provocando uno de los peores desastres industriales de la historia de Estados Unidos. La mayoría de mujeres eran jóvenes e inmigrantes de Europa del Este. Pero este fatídico hecho se produjo mientras las mujeres reivindicaban una mejora de sus condiciones laborales. Este desastre, provocó unos cambios legislativos relacionados con las normas laborales y de salud, así como la creación del Sindicato Internacional de Mujeres Trabajadoras Textiles (International Ladies Garment Workers Union).
Pero no fue hasta 1977, que fue cuando la Organización de Naciones Unidas reconoció por primera vez el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. Año donde se comenzó a trabajar por la lucha de género de manera incansable. Cuyos grandes resultados y propuestas se materializaron en 1995 con la aprobación de la Declaración y la Plataforma de Beijing, una hoja de ruta histórica firmada por 189 gobiernos hace 20 años, que establece la agenda para la materialización de los derechos de las mujeres; y en 2015 con la inclusión del objetivo 5 en los ODS que básicamente plantea tres puntos:
- Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación.
- Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo.
- Velar por que todas las niñas y todos los niños terminen los ciclos de la enseñanza primaria, secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad, y producir resultados escolares pertinentes y eficaces.
La Fundación Juan Perán – Pikolinos colabora con numerosas entidades en cuyos principios está la equidad de género. Un valor fundamentar para avanzar hacia una sociedad en igualdad de derechos.