Como cada año, el 21 de marzo, nos sumamos a la celebración del Día del Síndrome de Down, una efeméride importante para reivindicar y reflexionar sobre la diversidad humana donde todos merecemos ser incluidos, sea cual sea nuestra condición.
La elección de la fecha no es aleatoria, el 21 de marzo fue seleccionado para simbolizar la singularidad de la Trisomía 21, una condición genética donde hay una tercera copia del cromosoma 21.
Este evento fue oficializado por las Naciones Unidas en 2012, marcando un hito en la lucha por los derechos de las personas con síndrome de Down.
La concienciación sobre este día se hace vital para las personas con síndrome de Down para abrirles puertas en muchos aspectos de la vida cotidiana. En este sentido, la educación se hace vital para derribar estigmas en torno a las personas con diversidad funcional en general.
Para ser más concretos, el síndrome de Down no está considerado como una enfermedad, sino como una condición que se estima que afecta a 1 de cada 1.100 recién nacidos. Todavía no hay explicación de por qué se produce esta circunstancia de manera específica en estas personas, aunque se sospecha que puede deberse a un proceso de división defectuoso que da como resultado un cromosoma más, llamado trisomía 21.
Este día es una oportunidad única para celebrar la vida, pero también la diversidad, donde es importante el respeto, la tolerancia y la aceptación para que alcancemos la felicidad plena como sociedad.
Desde la Fundación Juan Perán – Pikolinos colaboramos con multitud de entidades que trabajan con personas con diversidad funcional y con síndrome de Down, puedes consultar todas ellas dentro de nuestra área social.
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